domingo, septiembre 09, 2012

Irlanda, día 9

Decía ayer que el día de hoy iba a ser duro. Pues efectivamente, lo ha sido. Salimos pronto de Navan, del B&B Meadow View -muy normalito,  a pesar de que en Tripadvisor lo ponían por las nubes-, camino a Newgrange, en el complejo arqueológico de Brú na Bóine. Al llegar allí, oh, sorpresa!: resulta que las entradas hay que comprarlas en el centro de visitantes, a 17 Km. del monumento!  Rápidamente, emprendimos camino hacia allá y pudimos comprar tickets y unirnos a uno de los grupos de visitantes. Te llevan cómodamente desde el centro de visitantes en unos autobuses tipo 'satélite', todo muy bien organizadito, como debe de ser. Pero claro, nosotros no teníamos ni idea....

La primera visita es al monumento de Knowth, no tan conocido como Newgrange, pero tan importante o más que éste. Es un impresionante conjunto de túmulos funerarios construidos con piedras que luego fueron bellamente talladas, con motivos y símbolos de los cuales se desconoce el significado.

A continuación, te trasladan al increíble túmulo de Newgrange, una construcción funeraria datada hace 5000 años. Lo que realmente impresiona de este monumento, aparte de que se construyera con pesadas rocas trasladadas desde lugares alejados muchos kilómetros del lugar del túmulo, es que éste se encuentra perfectamente alineado con la posición de los primeros rayos del sol, en el solsticio de invierno. Una virguería de ingeniería megalítica que impresiona aún más cuando visitas el interior del monumento y te muestran el efecto, recreado de forma artificial, pero que, no por ello, deja de ser menos impresionante.


De verdad que este monumento me ha dejado 'tocado': recomendable al 100% si vais a Irlanda y os encontráis por Dublín o alrededores: haced una visita a Newgrange porque no os decepcionará.

Cansados, pero con las pupilas aún dilatadas por el efecto 'Newgrange', hemos emprendido viaje a Irlanda del Norte, concretamente hasta Coleraine, donde dormiremos hoy, en un estupendo B&B -Brown's Country House-. El paisaje cambia dramáticamente cuando abandonas la República de Irlanda, sobre todo cuando te adentras en la industrial Belfast, lo que no quiere decir que no merezca una visita próximamente. Nuestro destino mañana: la Calzada de los Gigantes!

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